Víctimas verdugos y asociados
El siglo XX ha sido
el de la maldad desatada, algo que por desgracia sigue en el XXI según van desarrollándose
las cosas. Fueron los años de las grandes tiranías, de las grandes matanzas, de
los planes de exterminio. Los libros de Historia hablan de sus responsables, de
sus cerebros o autores intelectuales, por usar una terminología moderna. Pero
la terrible lección que nos han enseñado estos sangrientos hechos es que las
responsabilidades sobrepasan la de un puñado de personas. No se podría hacer
algo tan extremo de no ser por la acción de muchas manos. Frente a los asesinos
y los que lo dirigen se mueve un mundo gris de sicarios, de colaboracionistas,
de gente que mira hacia otro lado, de funcionarios de la muerte que parece que
no quieren cuestionarse su papel. Todos ellos o bien bajan la vista o bien participan activamente, aunque luego
pueden borrar sus huellas y sobrevivir normalmente dejando atrás su pasado.
Ver texto completo
El siglo XX ha sido
el de la maldad desatada, algo que por desgracia sigue en el XXI según van desarrollándose
las cosas. Fueron los años de las grandes tiranías, de las grandes matanzas, de
los planes de exterminio. Los libros de Historia hablan de sus responsables, de
sus cerebros o autores intelectuales, por usar una terminología moderna. Pero
la terrible lección que nos han enseñado estos sangrientos hechos es que las
responsabilidades sobrepasan la de un puñado de personas. No se podría hacer
algo tan extremo de no ser por la acción de muchas manos. Frente a los asesinos
y los que lo dirigen se mueve un mundo gris de sicarios, de colaboracionistas,
de gente que mira hacia otro lado, de funcionarios de la muerte que parece que
no quieren cuestionarse su papel. Todos ellos o bien bajan la vista o bien participan activamente, aunque luego
pueden borrar sus huellas y sobrevivir normalmente dejando atrás su pasado.
El ciclo que
proponemos esta edición de Alcances Víctimas,
verdugos y asociados, reflexiona sobre esto, cubriendo varios aspectos de
lo que Hannah Arendt llamó la banalidad del mal. Cinco aclamados documentales
que cruzados componen un completo cuadro de lo que hace falta para llevar a
cabo un holocausto. El mexicano El
alcalde, sobre uno de estos políticos populistas que tanto abundan hoy en
día y son en realidad seres ambiciosos y despiadados, se centra en un corrupto
regidor que no duda en usar métodos expeditivos para cumplir sus fines. Es el
poder perverso que desencadena todo lo demás. Las víctimas están representadas
en el conmovedor y original La imagen
perdida, donde el camboyano Rithy Pahn rememora su estancia en los campos
de concentración de los khemeres rojos. Los sicarios que cumplen órdenes por muy
crueles que sean están representados en dos documentales de impacto. Tierra de nadie, donde un mercenario portugués
cuenta su vida violenta en diversas guerras, tanto abiertas como clandestinas,
y el multipremiado The act of killing,
un sorprendente y demoledor acercamiento a los torturadores de la dictadura
indonesia de Suharto. Por último, la última película del gran Claude Lanzmann, El último de los injustos, donde
recupera metraje inédito que descartó para su monumental Shoah. Fue la entrevista que hizo a Benjamin Murmelstein ,
presidente del consejo judío de un campo de concentración que sobrevivió a la
matanza nazi. Su colaboracionismo fue reflejo del que muchos tuvieron que hacer
para salir adelante en tiempos tan difíciles.
Creemos que se
trata de un cuadro bastante completo del objetivo del ciclo, cubrir los
diversos aspectos de las grandes tiranías, sus políticas de exterminio y de lo
que conllevan, aparte de los mecanismos y actitudes humanas que hacen falta
para ponerla en marcha. Al final, todo se resume a posiciones individuales, y
ellas pueden derivarse hacía la resistencia o hacía apoyar lo que ocurre. Esta
es la descorazonadora lección que nos dejan estas películas.
Ver resumen