Quijote en Nueva York
Jorge Peña Martín
A sus ochenta y
dos años, Carrete quiere cumplir un sueño antes de finalizar su carrera como
bailador: actuar en un gran teatro en Nueva York. A pesar de su incansable
ilusión, su salud le dice que sus días como maestro del flamenco están llegando
a su fin. Su arte le salvó del hambre y los cines le dieron cobijo del frío
durante la posguerra española.
Y fue en la gran pantalla donde conoció a su admirado Fred Astaire, que se
instaló en su imaginario como una fantasía a la que aspirar.
Y al tiempo que espera su ansiada aventura americana, Carrete echa la vista a
su pasado. Joaquín, uno de sus hijos, que apuntaba a talento como guitarrista y
que la cárcel truncó sus expectativas, quiere volver a tocar.