El cine que viene es el espacio radiofónico de la Radio
Televisión Pública donde el cine iberoamericano independiente es el
protagonista. Este próximo 2023 el programa comenzará su décima
temporada en la antena de Radio 5, pero sus orígenes están
previamente en Radio Nacional de España, dentro del programa El
ojo crítico, donde salió por primera vez a aire para defender y
difundir las nuevas propuestas cinematográficas más delicadas en el
ámbito iberoamericano.
En un nuevo siglo en el que los creadores independientes pudieron
hacerse con los medios de producción, antes inalcanzables gracias al
avance del video digital y su manipulación, una serie de películas
nacidas sólo por el impulso de expresar comenzó a inundar primero
festivales, después los espacios de cultura, con el tiempo las redes
y en la actualidad además las salas comerciales.
Desde El cine que viene queremos recuperar algunas de estas
obras que aún nos tocan de cerca. Alcances Cádiz fue el
festival donde pudieron verse por primera vez Ensayo de una
revolución (Pedro Sara y Antonio Labajo, 2011) y 50
días de mayo (Ensayo para una revolución) (Alfonso Amador,
2012). Ambas películas forman un díptico que retrata el movimiento
del 15M, fuera del foco de Madrid en ciudades que cambió
definitivamente como Cádiz y Valencia, ahora que se cumple más de
una década del evento que cambió la cultura políctica de España.
Ensayo de una revolución de Pedro Pablo Sara y Antonio
Labajo, mantiene una línea empática y participativa con el
movimiento, retrata la acción de ocupar la plaza y dialogar en
Cádiz. Como experiencia cinematográfica, recoge información de las
iniciativas que se llevan a cabo por los movilizados, así como las
primeras ideas de posibilidad de cambio con un lenguaje muy cercano
al documental político propagandístico. Desenfoques, retratos en
movimiento, abundancia de músicas de talante positivo y en
definitiva preciosismo formal nos ofrecen un relato urgente. Quizás
porque su autores saben que la revolución debe ser cinematografiada
para que posteriores generaciones la lean en positivo, realiza un
retrato de la ilusión, de la expresión ciudadana libre y de la
ausencia de miedo.
En 50 días de Mayo (Ensayo para una revolución)
Alfonso Amador se la juega con un experimento científico que decide
realizar motivado por su formación como sociólogo. Durante casi 50
días, focaliza la atención mediante la cámara en el micrófono de
la asamblea central del 15M de Valencia. Con esta premisa el video
fija la evolución del discurso en su versión más oficial, pero
también más espontánea. Amador recogió a través de la palabra la
esperanza y la efusividad inicial, así como su tránsito hacia la
toma de conciencia de lo que el movimiento podía llegar a realizar.
Los registros de lo dicho ante el micrófono cierran cualquier
posibilidad de cambiar un discurso que se recoge más pesimista a
medida que avanza el metraje. Las preguntas que surgen del visionado
de 50 días de Mayo, lo hacen y harán en contraste con el
presente del espectador que observa el punto de destilación que
suponía el micrófono de una Asamblea central de una de las ciudades
que vivieron el 15M.